Hoy se nos ha ido un compañero. Yo estuve con el de viaje en Málaga, un chaval genial, joven y trabajador, sabedor de que la vida hay que aprovecharla. La leucemia le puso la zancadilla una vez, y la saltó. Otra vez se la puso y otra vez triunfó. No ha podido superar la tercera.
Cada vez estoy más convencido de una cosa: hay que aprovechar cada segundo como si fuera el último. Porque puede pasar.
Cada vez estoy más convencido de una cosa: hay que aprovechar cada segundo como si fuera el último. Porque puede pasar.
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