Señores, lo tengo muy claro: vamos a por La Tierra, vamos a destrozarla, no tengo ninguna duda. Bueno, si que tengo dudas: ¿cuánto tiempo tardaremos en pulirnos sus recursos? ¿Cuánto tiempo más podremos saquear sin control sus pozos de agua, sus pozos petrolíferos, sus caladeros de pesca, sus bosques,...? ¿Cuánto más?
En estos días Galicia arde. Nada más y nada menos que 90 incendios asolan sus bosques. Lo peor de todo es que se tienen indicios obvios de que son intencionados, es decir, de que hay entre uno y noventa hijos de puta que se entretienen en quemar lo que nos da la vida, lo que nos salva, en parte, de nuestras salvajes emisiones de dióxido de carbono. Y todo, casi seguro, para especular con el terreno. ¿Cómo puede ser así?
Los procesos industriales y nuestros habitos de vida fomentan la contaminación. La electrónica no se salva. Compuestos como el plomo o el cadmio, muy contaminantes, son desechados sin pudor en ríos, mares o cualquier explanada que tenga hechuras de estercolero. Para paliar estos efectos dañinos de los componentes electrónicos se ha creado la directiva RoHS.
RoHS (Restriction of Hazardous Substances) es la Directiva de la Unión Europea (es decir, que obliga a todos los estados miembros a cumplirla) 2002/95/EC, cuyo objetivo es eliminar de los equipos electrónicos todos los componentes contaminantes que se han usado hasta ahora, que son:
El cliente final no debería preocuparse por comprar productos que cumplan esta normativa. Esto no es como las sandías, que las puedes comprar transgénicas, ecológicas o de las de toda la vida. Todo lo electrónico está en un país de la Comunidad Europea porque cumple con la normativa, así que no se puede elegir entre un televisor con RoHS y otro sin RoHS: los segundos no se pueden adquirir ya.
Esta es la contribución del mundo electrónico y de la Comunidad Europea a paliar los males de nuestro planeta. Falta hace.
Enlaces de interés
Los procesos industriales y nuestros habitos de vida fomentan la contaminación. La electrónica no se salva. Compuestos como el plomo o el cadmio, muy contaminantes, son desechados sin pudor en ríos, mares o cualquier explanada que tenga hechuras de estercolero. Para paliar estos efectos dañinos de los componentes electrónicos se ha creado la directiva RoHS.
RoHS (Restriction of Hazardous Substances) es la Directiva de la Unión Europea (es decir, que obliga a todos los estados miembros a cumplirla) 2002/95/EC, cuyo objetivo es eliminar de los equipos electrónicos todos los componentes contaminantes que se han usado hasta ahora, que son:
- Plomo
- Mercurio
- Cadmio
- Cromo hexavalente.- ¿Quién no conoce la historia de Erin Brockovich llevada al cine con Julia Roberts como protagonista?
- PBB (Polibromobifenilos)
- PBDE (Polibromodifeniléteres)
El cliente final no debería preocuparse por comprar productos que cumplan esta normativa. Esto no es como las sandías, que las puedes comprar transgénicas, ecológicas o de las de toda la vida. Todo lo electrónico está en un país de la Comunidad Europea porque cumple con la normativa, así que no se puede elegir entre un televisor con RoHS y otro sin RoHS: los segundos no se pueden adquirir ya.
Esta es la contribución del mundo electrónico y de la Comunidad Europea a paliar los males de nuestro planeta. Falta hace.
Enlaces de interés
- RoHS en Wikipedia en español y en Wikipedia en inglés
- Texto íntegro de la Directiva de la Comunidad Europea
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